Capítulo 34: Lo que pasa en el campo, se queda en el campo. Parte 2.

Salieron de la casa, diciendo que darían un paseo. Tú no entendías nada pero al parecer Denisse y Paul sí sabían, así que aceptaron.

Nick te llevó al establo y tomaron a Skandar, el mismo caballo que antes.

-. No es muy lejos pero llegaremos más rápido. -Dijo él ayudándote a subir.
-. Está bien. -Dijiste con ansiedad.

Cabalgaron hasta el río, y siguieron un poco más hasta una especie de laguna pequeña.

Bajaron... y aunque estaban en el campo, la luna iluminaba mucho, tanto, que podías distinguir el rostro de Nick.
Hacía calor, y te daba algo de miedo el lugar, aunque observándolo detenidamente era encantador.

-. Aquí nadie nos va a molestar. Nadie. -Dijo él abriendo la mochila.
-. Eso es cierto. Sin reporteros, sin familia, sin amigos ni gente alrededor. Genial. -Dijiste mirando el agua.
-. Un momento solamente para nosotros dos. -Dijo él sonriente.

Sacó una "manta" y la desplegó en el suelo, sentándose sobre ella... pero al hacer esto, viste algo que te pareció muy extraño...
varias "lucesitas" aparecieron, flotando alrededor. Las miraste detenidamente.

-. Son... ¿Luciérnagas? -Preguntaste sentándote al lado de Nick.
-. Sí... son tan lindas. -Dijo riendo.
-. Es cierto, son encantadoras. -Dijiste mirándolas, y luego miraste la mochila. -¿Es un picnic nocturno? -Reíste.
-. Es un picnic sin comida, ya comimos allá. -Dijo él abrazándote.

Tú lo miraste directo a los ojos, estando tan cerca que podías sentir su respiración en tu rostro.
Instintivamente cerraste los ojos, y ya estaban tus labios rozando los suyos... suavemente...
Pusiste tu mano en su cuello, para acercarlo aún más... y él te tomó de la cintura para acercarte a él.
Se separaron, y tú respiraste profundo.

-. ¿A qué se debe eso? -Preguntó él recostándose.
-. A que tengo demasiada paz. -Dijiste sonriendo, recostándote a su lado, para que él te abrace.

Él puso uno de sus brazos debajo de tu cuello, y la otra mano en tu cintura... y sin que pudieras decir nada volvió a besarte.

Tú lo tirabas con fuerza de su ropa, mientras que él te besaba con más pasión... al punto de morderte los labios...
Las manos de Nick subieron lentamente... y ninguno de los dos estaba consciente de la zona en las que éstas estaban ahora.
Sus caricias continuaron, y sus besos, igual de salvajes, también.
Tú acariciabas su espalda, y Nick se colocó sobre tí para besarte mejor...
En ningún momento se separaban... él bajó la mano, y puesto que tenías vestido, acarició tu pierna con suavidad... y luego la subió lentamente... para frenarse de golpe.
Dejó de besarte, y te miró a la cara, respirando agitadamente.

-. Discúlpame. -Dijo recostándose a tu lado de nuevo.
-. Está bien... -Dijiste tú, tomando consciencia de lo sucedido...
-. No debí tocarte. -Dijo algo nervioso.
-. Está bien, Nick, no pasó nada. -Lo tranquilizaste.
-. Lo sé, pero... -Intentó decir pero lo interrumpiste.
-. Pero nada. Olvídalo. -Dijiste abrazándolo.

Luego de esto, ambos permanecieron en silencio.
No había pasado nada, y él se había detenido muy a tiempo, pero lo que los avergonzaba era el hecho de nunca haber experimentado nada parecido, relacionado al tema.
Ambos miraban el cielo, o a su alrededor, notando algunas luciérnagas aún.. aunque seguían estando muy pensativos.

-. ¿Te gustó? -Preguntó él mirándote. Era una pregunta muy curiosa.
-. Pues... sí. -Respondiste.

Él volvió a mirar el cielo sin decir nada, y te tomó la mano.
Poco a poco, fueron sacando temas para conversar...
Temas para reír, o simplemente conocerse más.

Te pusiste de pie, una vez finalizada la charla, y te acercaste al agua, quitándote el calzado...

-. ¿Vas a bañarte? -Preguntó él.
-. No, sólo me mojaré los pies. -Sonreíste y te metiste más, hasta las rodillas. -No voy a mojar este vestido.
-. Me parece bien. -Dijo él observándote desde el suelo.
-. Realmente me da algo de miedo. -Dijiste y saliste del agua riendo. -¿Qué hora será? -Preguntaste.
-. No lo sé... ¿Quieres volver?
-. Estaría bien. -Dijiste.

Él recogió la manta y la guardó en la mochila.
Se acercaron a Skandar, y subiste, luego subió Nick. Se pusieron en marcha.

-. Hace algo de frío aquí arriba. -Dijiste mirando al animal.
-. Yo te ayudo. -Dijo Nick abrazándote aún más protectoramente.
-. Gracias amor. -Dijiste tú con ternura. -Y gracias por el momento de paz.
-. De nada... -Dijo él besándote el cuello.

Llegaron al establo, dejaron al caballo y volvieron a pie.

Entraron, y al llegar a la puerta de tu cuarto, besaste a Nick para despedirte.

-. Te quiero demasiado. -Susurró él y se retiró.

Tú entraste a tu cuarto, te cambiaste el vestido por el piyama y te acostaste tratando de no despertar al pequeño Frankie.